El origen del bolso se remonta a la prehistoria. Suponemos que, en el mismo momento en el que el hombre tuvo la necesidad y la habilidad de transportar cosas sin necesidad de usar las manos, empezó a fabricar utensilios para las diferentes tareas que debía afrontar, también armas, elementos estéticos y pieles trabajadas para cubrirnos del frío. Piel de animal para abrigo, calzado o para bolsos.
La evolución del bolso se ha ido desarrollando paralelamente a la propia historia del ser humano y sus necesidades. Hay que tener en cuenta que desde que se dejó de usar la boca como tercera mano, hizo falta un elemento para guardar cosas. Por ejemplo, cuando el hombre salía a cazar, necesitaba un elemento para transportar sus puntas de flecha o donde guardar las pequeñas piezas de caza, o las mujeres deberían guardar en algún sitio los frutos y semillas que iba recolectando, o cuando migraban buscando mejores terrenos necesitaban algo donde llevar sus pequeñas pertenencias, ahí tenemos el origen del bolso.
Gracias a esta necesidad se crearon bolsas o bolsos de distintos tamaños con pieles de animales que se cerraban con hilo, el cuál solían ser los tendones de los animales y se cosían con agujas hechas de huesos. Así podían darle forma al bolso de recipiente cerrado y flexible.
Pero ese fue solo el origen del bolso, más adelante, cuando empezaron a usar animales para transportar sus efectos personales, como el burro, los bolsos se transforman en alforjas, creadas para que los animales llevaran el peso de lo que transportaban. Hechos de diferentes materiales como tela o esparto, eran unos sacos cortos y anchos de forma cuadrada con una solapa en su abertura superior que colgaban a cada lado del animal.
A partir de ahí, los bolsos fueron evolucionando en formatos y tejidos, desde las faltriqueras hasta los bolsillos y hasta los bolsos riñonera que vuelven como tendencia. Y las alforjas también evolucionaron, por una parte en carteras y maletas, y por otra cambiaron de tejidos pero no de formato, ya que aún se utilizan incluso para viajes largos en bicicleta.
En definitiva hoy día, tan lejos del origen del bolso, seguimos viendo y utilizando diferentes tipos de bolsos, según las necesidades que tenemos. Maletas, mochilas, bolsos pequeños para llevar lo justo o más grandes, con asas al hombro regulables o con asas de mano. Esta última, denominada cartera, en su origen creada para un uso profesional, como portafolios. La cuál evoluciona del maletín, haciendo un diseño más versátil, cómodo y menos pesado para usos más variados que el de transportar documentos.
Del origen del bolso al bolso Pinea
Un Bolso Fani se inspira en esta clásica cartera, un bolso versátil, amplio y ligero creando su propia versión. Manteniendo el aire retro, conservando la técnica del remachado, sin ninguna costura y con cierta estructura rígida pero versátil.