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Me gusta pasearme por todas las tiendas de telas de allá a donde voy. ¡Es como una obsesión! Me vuelvo loca entre rollos y rollos de telas buscando nuevas telas para nuevos diseños. A veces me atrae la textura del tejido, a veces… el color.

Cuando se trata del color, siempre me pregunto qué es lo que me atrae de él, qué hace que me fije más en un tono u otro. Sabemos que el color es subjetivo. Dependiendo de las preferencias personales o la cultura, los colores significan una cosa u otra.

A mí, personalmente, hay algo en el tono que me hace sentirme bien e identificarme con cierto color. En el caso de los colores cálidos como el mostaza, me recuerda a  los atardeceres,  cielos con tonos rojizos, anaranjados, dorados…  son energizantes, apasionados y positivos. Pura alegría, que me gusta trasladar a mis diseños, como este bolso petate para que la persona que lo lleve sienta esa misma energía.

La madera está presente en el bolso petate simbolizando ese otoño de árboles con ramas secas. La madera siempre presente, con su color y con su textura en un bolso Fani.

Los tonos rojizos, como el caldero, presente en las las hojas de los árboles en plena explosión del otoño, época de renacer, de nuevos comienzos.

O el verde, un color muy terrestre y uno de mis preferidos. El musgo, los árboles y las cortezas de madera evocan mi infancia, el Pirineo, lugar donde me crie. Que puede representar desarrollo y nuevos comienzos, también simboliza renovación y abundancia.

La colección se completa con los dos colores que no son colores «per se» porque uno es la ausencia de color y el otro es la mezcla de todos los colores, es la luz.

El negro es el más fuerte de los colores neutros. Es comúnmente asociado al poder, la elegancia y formalidad. Coco Channel rompió las reglas establecidas cuando diseñó un vestido de este color, ya que era considerado inapropiado en su época, pues sólo lo usaban los sirvientes o cuando se estaba de luto. Hoy día es un color básico en los armarios de hombres y mujeres, y color que elegimos cuando no sabemos qué ponernos, al menos en mi caso.

 

Al blanco se le asocia con la pureza, limpieza y virtud o incluso con la bondad. No es casual que al algodón se le asocien los mismos términos.

 

 

Actualizo esta entrada tanto tiempo después (tú que me lees no lo sabes, pero han pasado años) para añadir una nueva «versión» de este modelo no por el diseño en si, sino precisamente por el color porque no sólo viene en dos colores muy vivos, sino que además son muy diferentes de los anteriores. Y además son colores que me hacen sentir especialmente bien. Hablo de la mochila petate roja y la azul.

En la mochila azul hay algo de cielo que me encanta, porque no es un cielo de esos hiperluminosos de verano, sino un cielo azul intenso, más de otoño.

Pero en ambas mochilas hay mucho de un viaje que he hecho a Lisboa y en el que me he visto irremediablemente atraída, de nuevo, hacia los mosaicos y los azulejos. Sin poder quitarles los ojos de encima, y enamorada como siempre de su brillo, sus colores, sus formas.

No descarto volver sobre este modelo para revisitarlo de nuevo más adelante, y tampoco volver sobre el tema del color, que ya habéis visto que me encanta. Si te apetece puedes dejarme tus comentarios y opiniones en Facebook o en Instagram, encontrarás los enlaces en el pie de la web.

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